Iron Widow: el prólogo como unidad narrativa independiente



Una de las recomendaciones recibidas en el taller de escritura creativa del cuál hago parte es la de leer un libro no con ojos de lector, sino con ojos de escritor.

Tarea bastante difícil, ya que implica abandonar un poco la actitud de alegre abandono con la que uno se entrega a una obra, confiando plenamente en la mano del autor para que este le presente mundos, personajes y situaciones interesantes.

Leer “con ojos de escritor” implica analizar de una manera más crítica el trabajo que se tiene entre las manos, buscando identificar las estructuras y recursos utilizados, analizar sus fortalezas y posibles desventajas.

Esto implica un esfuerzo enorme. La lectura se ralentiza para dar tiempo al releer, tomar apuntes y elaboración de diagramas, pero también es sorprendentemente productivo.

Prólogo

Por ejemplo, estoy realizando este ejercicio con la novela de ciencia ficción “Iron Widow” de Xiran Jay Zhao, y luego de aplicar la técnica anteriormente descrita al prólogo y dos primeros capítulos, encontré un tema muy interesante que me motivó a escribir esta entrada, y es el uso que se le puede dar al prólogo como herramienta para realizar una introducción rápida sobre el mundo en el que se desarrolla la historia, pero manteniéndolo como una unidad narrativa independiente, que incluso puede funcionar como un cuento suelto.

En Iron Widow, el prólogo se desarrolla en unas 5 pantallas (lo leo en una tablet) mientras que los siguientes capítulos tienen 10 pantallas cada uno.
En este corto espacio, se nos presenta la escena de una batalla particular, parte de una larga guerra entre humanos y una raza llamada “Hundus”. El narrador es de tipo “heterodiegético interno”, es decir, se trata de un narrador en tercera persona que tiene acceso al estado interno de los personajes, en este caso un único personaje que es el piloto de una “Crisálida”: una avanzada máquina de guerra.

La trama sigue la estructura tradicional de inicio-nudo-desenlace:
Inicio: una horda de Hundus se acerca hacia la gran muralla en la que está el protagonista,  junto a otros defensores humanos.
Nudo: la batalla de la crisálida contra el Hundu “clase príncipe”.
Desenlace: los Hundus son derrotados.

La acción es sencilla, pero lo importante es la cantidad de información que se le va entregando al lector de manera casual: cada elemento de información se entrega sólo si es estrictamente necesario para lo que está ocurriendo en ese momento en la escena. No existen párrafos grandes dedicados exclusivamente a realizar una introducción a la escena, la cronología ni a describir a los personajes.

A medida que lee, el lector va recogiendo pieza tras pieza y agregándolas al lugar que le corresponde (descripción de escenario, reglas del mundo, historia del mundo, descripción del personaje) hasta que al final se tiene una visión completa del universo en el que se desarrolla la mini-historia del prólogo y la macro-historia del libro en general.

Por ejemplo, es únicamente en medio del nudo, cuando la crisálida del piloto (llamada “zorro de nueve colas”) está entrando al combate, que recibimos pistas sobre la organización social e incluso el nombre de la nación en la que ocurre la historia:

“Drones-cámara zumbaban alrededor del zorro, como moscas de ojos rojos. Algunos pertenecían al ejército de liberación humana, otros a medios de comunicación privados que retransmitían la batalla a todo Huaxia” (traducción mía)

Al final del prólogo (y de la batalla) tenemos una visión completa del mundo, incluyendo apuntes sobre el origen de la invasión de Hundus, el desarrollo de la tecnología de las crisálidas con la ayuda de unos dioses que ofrecen, a cambio de ofrendas, manuales técnicos, medicinas y otros avances. El triste y secundario destino de las mujeres que operan como concubinas-piloto dentro de las crisálidas y que típicamente mueren después de cada batalla, por agotamiento de su energía espiritual, mientras los pilotos hombres sobreviven.  La muerte del Hundu clase príncipe a manos del piloto y su crisálida es celebrada en los medios sociales, mientras que la muerte de la concubina-piloto se asume como un costo necesario que no vale la pena ser mencionado.

Este prólogo, en mi opinión, funciona muy bien como cuento corto, no necesita ningún elemento adicional para soportarse, y crea expectativa en el lector, y deseos de conocer más detalles sobre este universo tan particular.

Primer capítulo

El primer capítulo cambia de narrador a un “narrador protagonista”, primera pista de que la estructura narrativa del prólogo funcionaba de manera independiente, y que fue incluido como abrebocas y generador de contexto para el lector. Se sigue, sin embargo,  con la estrategia de evitar párrafos específicos dedicados a descripciones de escenarios o personajes, ó a introducir situaciones. La narración se enfoca en lo que está ocurriendo en cada momento. Por ejemplo, los dos primeros elementos narrativos serían:

Uno: El personaje (femenino) está depilando sus cejas con la ayuda de un amigo llamado Yizhi.
Yishi usa la pinza para depilar que perteneció a la hermana mayor de la protagonista.

Dos:  La protagonista trata de ocultar algo que la entristece y que no quiere que su amigo Vizhni se entere. No puede evitar unas lágrimas, y Vizhni pregunta:
— Todo está bien, Zetian?

Nótese que hasta este punto el nombre de la protagonista permanecía oculto al lector, y la manera en que se presenta es de manera natural, no porque el narrador haya considerado importante hacerlo explícito al lector.

De la misma manera, en cada pequeña interacción se introducen a cuentagotas elementos que permiten ir construyendo el escenario:
El ruido de la cascada detrás de ellos los ayudaba a permanecer ocultos (no sabíamos que tenían que estar ocultos, ni de qué se están ocultando)
El sol pasando por entre las hojas de bambú forma patrones de mármol sobre la clara piel de los antebrazos de Vizhni, que a arremangado las finísimas mangas de su túnica de seda (sabemos ahora que están al aire libre, durante el día, en un lugar como un bosque o un jardín).

Más adelante la protagonista compara la fina seda de Vizhni con su ropa sencilla, y la manera en que se burla de su amigo por la poca practicidad de esta. Pero concluye que “no es culpa de Vizhni, sino de su rico padre, que le obliga, junto a sus veintisiete hermanos y hermanas, a vestirse así cada vez que sale de casa”.

Como puede verse, los nuevos datos siempre vienen acompañados de alguna reflexión o acción que le ocurre a la protagonista.    

Conclusiones

Uno: En esta obra se marca la independencia del prólogo con respecto a los siguientes capítulos con el cambio de narrador. El hecho de que se llame “Prólogo” y no “Capítulo uno” parece reforzar esta idea.

Dos: El estilo de la narración parece evitar cuidadosamente cualquier diálogo directo con el lector, hasta el punto de parecer ignorarlo. Ninguna pieza de información se entrega si no es específicamente relevante para los personajes y la acción que está ocurriendo en ese momento. El narrador no está interesado en explicar o enseñar al lector hechos o reglas del mundo. Se van mencionando como al descuido, y sólo si son relevantes para aquello en lo que en ese momento ocupa la atención del personaje.


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